domingo, 22 de marzo de 2020

Refranes


REFRANES

Ya lo dijo el abuelo allá por Pascua: «A cada cerdo le llega su San Martín». Pues justo ayer mamá echó a la cazuela al viejo Porky. Y aunque algo secorro, con los nabos tiernos y el eneldo quedó bastante sabroso.
Cuando nos juntamos todos en alguna comida familiar lo pasamos en grande. En estos tiempos de vacas flacas, con todos en paro y subsistiendo con la mísera pensión del abuelo, de lo único que andamos sobrados es de humor. Nos reímos mucho contando anécdotas de la granja. Aquellas botas de piel que nos fabricó el tío Harvey con el pellejo de Sultán. ¡Con la borrachera que tenía las hizo todas del pie derecho, jajaja! «A caballo regalado no le mires el diente», respondía cuando le enseñábamos las ampollas en los talones. O aquella vez que fuimos a columpiarnos al sauce del jardín y nos encontramos al galgo balanceándose bajo una rama, colgado de una soga. «Muerto el perro se acabó la rabia», sentenció papá. Y nadie más en el pueblo volvió a infectarse.
Pero Fígaro, ¿qué demonios andas buscando? Deja de arañar la puerta. Te recuerdo lo que suele decir mamá: «La curiosidad… mató al gato».