domingo, 22 de marzo de 2020

La mesa


LA MESA

La vieron de casualidad cuando salían del vertedero, detrás de un colchón lleno de cercos amarillos. Una mesa maciza, casi nueva, sin apolillar. Con detalles y figuritas tallados a lo largo de todo el borde. Estaba coja de una pata, pero eso daba igual: con lo que pesaba, seguro que sería de roble o de nogal, de una madera cara. Ya buscarían un taco o algo para calzarla.
Verás cómo se pone de alegre la mama dijo el hombre al mocoso que le acompañaba mientras la subían al remolque con mucho cuidado.
De camino al chamizo iban muy animados, sin creerse  la suerte que habían tenido al encontrar un mueble tan bonito, imaginando lo bien que quedaría en la cocina, en lugar de la mesa de camping plegable. Lo que no tenían claro aún era qué hacer con el viejito en pijama que se aferraba a ella como una lapa y que no paraba de toser.