domingo, 22 de marzo de 2020

La venganza


LA VENGANZA

Cuando era pequeña, mi abuelo Luis me contaba que a todo cerdo le llega su san Martín y que «cría cuervos y te sacarán los ojos». Lo de los chones estaba bien, porque después de la matanza la abuela hacía unos chorizos riquísimos.
En cuanto a las aves, no me daban ningún miedo hasta que un día mi hermano Fito cogió prestada la escopeta de perdigones de mi padre y nos adentramos en el bosque. Mientras yo camelaba a unos pájaros alimentándolos con un panecillo él disparó y mató a dos de un tiro. Desde entonces no se van de mis pesadillas mochuelos, cárabos y búhos, pues desde el borde del camino los ojos negros de una lechuza fueron testigos.