domingo, 22 de marzo de 2020

La alcoba


LA ALCOBA

En el mismo portal encontró sitio para aparcar. No le había pillado ni el atasco de la rotonda ni el semáforo de siempre ni la salida del colegio. Subió en ascensor a casa y entró en la habitación.
En la mesilla vio dos copas medio vacías junto a una botella de champán. Sobre las sábanas revueltas jadeaba Manoli en cueros, totalmente colorada y con las piernas abiertas. La miró unos segundos y desató los pantis que la sujetaban a las patas de la cama.
Hoy no, me duele la cabeza se excusó, bajando la persiana y recostándose, necesito descansar.
Tuvo que esperarse Basilio hasta oír sus ronquidos para salir del armario cerrado.