NAUFRAGIO
O
peces muertos y cangrejos desmembrados o ramas de árboles hinchadas y plásticos.
Cada mañana era lo que recogíamos del suelo del cuarto del abuelo. Mamá nos
hacía meterlo todo en bolsas y sacarlo al contenedor de basura de madrugada
para esquivar preguntas, para evitar miradas. Bastante teníamos, decía, como
para explicar.
Pero
ayer encontramos los restos de un barco medio hundido en la orilla, las olas
más encrespadas de lo habitual y la cola podrida de una sirena. Para que mamá
no se preocupara, me quedé en su habitación a pasar la noche con él.
Hoy
me despertaron los rayos del sol y el alboroto de unos delfines que saltaban
alegremente sobre las olas. Entonces retiré una estrella de mar que había sobre
su almohada, le besé en la frente y cerré sus ojos con suavidad.