LA
PRIMERA PÁGINA
Aquel libro contenía algo más
que una historia, me di cuenta nada más abrirlo. «Para Javichu, mi fantasía, mi amor,
mi destino. Érika».
Me reconcomía las entrañas, pero no podía parar
de leerlo. Todo el viaje en metro desde la biblioteca pública hasta casa sin
pasar de esa página, imaginando a Javichu con esa hija de puta. Si él nunca
leía, ¿qué coño hacía con un libro dedicado por su amante, una escritora?
Del cabreo que me pillé tuve que bajarme una
parada antes, para darme el aire. Cuando recobré la respiración, me prometí no
volver a leer ninguna dedicatoria, pero eso de imaginarme en otra piel, buff,
creo que volvería a hacerlo.