domingo, 22 de marzo de 2020

Jamás hubo noticias


JAMÁS HUBO NOTICIAS

Siempre tuvo Pancho vista para los negocios, por eso no tardó en convencerme para alquilarle el chamizo donde guardaba mi difunto abuelo el bote y las cañas. No tenía ventanas ni techo, pero insistió en que lo acondicionaría y en pagarme, de momento, trescientos euros más gastos. Después iríamos viendo.
Aluciné cuando me avisó para la apertura. ¡Una floristería había montado en un pueblucho de apenas veinte casas! Lo que yo ignoraba es que cada día había enterramientos de emigrantes sin nombre ahogados en el Estrecho y que algún alma piadosa, nunca supimos quién, encargaba para sus tumbas ramos de crisantemos.