domingo, 22 de marzo de 2020

Desaparecido


DESAPARECIDO 

Ninguno de los niños que había en el arcón era Tomás. Pobrecillos, daba mucha pena verlos ahí, todo tiesos entre pizzas, pechugas de pollo, empanadillas y barras de helado. Cuántas veces se les había dicho que a la cocina no entraran, que mejor jugasen al escondite en los dormitorios o se entretuviesen con los cachivaches del desván, que luego pasa lo que pasa.
Íbamos a salir al jardín, por si estaba correteando donde la colada, cuando nos pareció oír unos gritos ahogados, ¡¡¡zocoogooo!!!, decían, o algo así. Menudo susto nos llevamos al verle en la lavadora, girando entre toallas y paños, los dos agujeros de su sábana mirándonos espantados.