domingo, 22 de marzo de 2020

El congreso


EL CONGRESO

Soñar despiertos era nuestro juego favorito en aquel paraíso de aguas turquesas y caracolas en la orilla. Mientras veíamos cada tarde la puesta de sol, nos dejábamos arrebatar por la pasión y nos revolcábamos bajo las palmeras o en mi bungalow, sin importarnos llenar de arena la cama, donde lamíamos la sal de nuestros cuerpos hasta el amanecer.
Sin haber dormido apenas nada, te ponías el uniforme e ibas a atender los desayunos al comedor, mientras yo acudía a las soporíferas ponencias de los más eminentes estomatólogos del mundo, girando distraída la alianza de oro entre los dedos.