domingo, 22 de marzo de 2020

La mosca


LA MOSCA 


Podía haber tenido una muerte natural, sin sobresaltos, pero vete a saber cómo se desenredó de la telaraña de detrás del cabecero, no se desplomó en el parqué tras chocarse una y otra vez contra el cristal de la ventana, y logró más tarde esquivar el zapatillazo que la habría espachurrado en la pared.
Ya puestos, habría sido incluso preferible que saliera volando por el balcón para terminar estampada en un parachoques o engullida por una paloma. Cualquier cosa, lo que fuese, antes que caer en aquel plato de caldo humeante y agonizar escaldada entre fideos, trocitos de pollo y zanahoria mientras esperaba que unos labios rosas sorbieran la cuchara.