domingo, 22 de marzo de 2020

Ella


ELLA

Como para olvidarse de aquella noche de verano. Y eso que bebimos tequila como renegados y a mí me sienta fatal. Se me suele ir la olla si mezclo cerveza y licores. Pero a María o Miranda o Amanda, o como se llamase la pelirroja que conocí en el pub donde tocaba mi grupo de rock favorito, con ese bajo tan genial, le apeteció, a las seis de la mañana, subir al faro.
Así vemos la puesta de sol me susurró al oído mientras recorría con su lengua mi oreja de arriba abajo.
Yo ya tenía la entrepierna como una estaca y ella que venga, que para el faro tú y yo.
Sí, sÍ dije.
Y cuando fuimos a la parada de taxi para no llegar tan fatigados coge la tía y se enamora de uno que había allí.
De mí ni se despidió.