domingo, 22 de marzo de 2020

La telaraña


LA TELARAÑA

Ordenó sin pestañear el chamizo y tranquilamente recogió sillas y platos que habían caído al suelo durante el forcejeo. En una bolsa de plástico metió la sudadera rosa, las zapatillas, los leggings y las braguitas. Con la fregona limpió canturreando la sangre de las baldosas. Después se restregó las uñas, se roció el pelo con colonia y mirándose al espejo sonrió.
Pero aquella sonrisa se desvaneció cuando con la alfombra enrollada al hombro fue a abrir el maletero del coche. Un líquido caliente empezó a bajarle por las piernas, empapándole el pantalón, al ver una araña que tejía su tela en la cerradura.