domingo, 22 de marzo de 2020

Agente Secreto


AGENTE SECRETO

Mientras firmaba en la Feria del Libro mi última entrega de la detective Constanza, mi alter ego, le vi. Estaba en la cola, lanzando miradas hostiles en derredor. Llevaba una trenza canosa engominada, sombrero de fieltro, los cuellos del gabán subidos y gafas de pasta azul. Tenía pinta de sospechoso, con aquella cicatriz en el mentón, y noté que me ponía nerviosa y empezaba a temblarme el pulso. ¿Sería un revólver el bulto aquel del bolsillo?
Cuando le llegó el turno y le tuve con la novela entre las manos frente a mí, levanté un instante la vista. Apestaba a pachuli y le asomaban unos pelillos por la nariz. Abrió la tapa y me pidió que le de-de-dedicase el libro a su ma-ma-madre, Angus-gus-gus-tias Gil. Me pareció un tipo de lo más anodino y gris.
Estoy valorando seriamente dejar a un lado, al menos de momento, a la detective Constanza. Es agotador esto de ver indicios y pistas y asesinos por todos lados. Quizás me atreva con la poesía o quizás con un cuento infantil.