domingo, 22 de marzo de 2020

La nube


LA NUBE

Pero los padres de Tomás insistían en recuperar al estúpido de su hijo. Nonagenarios ellos, decidieron no morirse sin antes decirle adiós. Hacía lustros que habían dejado de torturarse con lo de «qué habremos hecho mal, nunca le faltó de nada, tanto sacrificio para darle unos estudios y mírale, hecho una piltrafa en su pocilga, que ni deja entrar a limpiar». Pasaron entonces a la acción. 
Ella dejó el taller de bolillos, la gimnasia en el centro de día y los sudokus. Él abandonó las partidas de petanca, las de tute y el Pasapalabra, donde estaba hecho todo un profesional.
Qué emoción el primer día en el curso de Internet al dar al intro. Pronto, muy pronto, llegarían a su nube.