SUEÑOS ROTOS
Cae una
lluvia fina que nutre las huertas, refresca los pastos, empapa su abrigo
remendado. Simona juega despreocupada, saltando charcos con sus hermanos, y
fantasea: cuando sea mayor diseñará chubasqueros de colores, viajará en avión,
comprará una tele para su madre…
Esta noche
retransmiten la Champions y sin clientes Simona no está lo bastante borracha para
esquivar sus recuerdos. Un automóvil se detiene a su lado, baja la ventanilla;
veinte euros (para comprar tequila luego) y el asiento seco del copiloto, a
resguardo de una lluvia que la ahoga por dentro, la empujan a decidirse. Simona
se sube en silencio.