domingo, 30 de abril de 2017

Enajenada

ENAJENADA


En esa casa no vive Mizuki Tanaka desde hace unas semanas. Ella jamás se habría olvidado de regar la camelia que se amustia junto a la ventana del cuarto, ni habría permitido que se cubrieran de polvo las estanterías donde se amontonan los peluches. Delicadamente los mete junto a bodies y baberos sin estrenar en una bolsa de basura y va a la cocina.
En el fogón sisea una tetera. Mizuki apaga de un soplido la llama antes de sentarse en el suelo. Esta vez, ningún vecino alarmado por el olor a gas podrá detenerla, sonríe amargamente mientras prende un cigarrillo. Llevaba nueve meses sin fumar.