domingo, 30 de abril de 2017

La novedad

LA NOVEDAD

—¡Nunca había visto nada igual! —aullaba la muchacha señalando fuera de la gruta.
Tranquilízate, Mika gruñó la madre alargándole un cuenco con un mejunje verde.
—¿No hay nada para picar? 
—¡Deja eso, que es el aperitivo de tu padre! —exclamó arrebatándole una escudilla llena de lombrices—. Toma añadió ofreciéndole un trozo de carne sanguinolenta hígado. ¿Qué ha pasado?
—Pues que estaba haciéndome un collar de flores…
—En eso no has salido a mí —le cortó disgustada—. Siempre dispersándote con tonterías. ¿Cuándo sentarás la cabeza?
—¿Continúo —bostezó Mika— o me echo una siestecilla?
—¡No! Sigue…
—Fue un espectáculo. Comenzó a llover y cayó un dios del cielo, como decís papá y tú. Pero era un rayo; no, no pongas los ojos en blanco, mamá: era un rayo normal y corriente. Entonces partió el tejo donde estaba apoyada, menudo susto. Y ahí que aparece el Gori.
¿Y qué hizo el mamarracho de tu marido?
Agarró una rama encendida y corrió donde los otros cazadores. Fíjate si será memo que se le cayó encima del mamut descuartizado, y se pusieron todos a comer ¡carne quemada!
—Por favor, ¡qué asco!
—Sí…

Mika se quedó pensativa, salivando, contemplando el humo a lo lejos.