EL HALLAZGO
El armario donde acababa de encerrar a
su muñeca, en el garaje de los abuelos, estaba lleno de herramientas, como las
tijeras para podar los rosales, un rastrillo para barrer las hojas caídas en el
jardín o el redeño para retirar los insectos que caían a la
piscina. Y sus braguitas de Hello Kitty. Se lo diría a mamá en cuanto viniera a
buscarla: que no se las había tragado la lavadora.