domingo, 30 de abril de 2017

ƎṆ ƎĻ ƠƬƦƠ ĻÂÐƠ

ƎṆ ƎĻ ƠƬƦƠ ĻÂÐƠ

Siente el aliento fétido del monstruo salpicándole la nuca y corre tan rápido como puede. En su huída tropieza con unas raíces, cae, se levanta, atraviesa la portilla abierta del jardín y resbala sobre el césped, arañándose con las ortigas. De un saltobien calculado se cuela por la ventana de su habitación, baja la persiana, se desviste y se acuesta, tirando tembloroso de la manta hasta cubrirse la cabeza. Casi cada noche.
Todas las mañanas, su madre entra a despertarle, le besa, le revuelve el pelo, le destapa. Pero hoy, al ver los rasguños, le pregunta aterrorizada si ha vuelto a tener pesadillas.
Él niega, confuso. Con una sonrisa forzada, asegura que ya es mayor mientras busca desesperado su otra zapatilla.