miércoles, 29 de mayo de 2024

Nochebuena

NOCHEBUENA

Si supiera de la que se ha librado el gato callejero no estaría tan plácido ahí, acurrucado en el regazo de un mendigo, lamiendo unas manchas de kétchup de sus manos. No se hace una idea de la suerte que ha tenido de estar sordo como una tapia, de ser el minino más viejo de los alrededores del vertedero y de estar totalmente desdentado. Descalabros de siete vidas intensamente celebradas.

Lo de sordo porque se ha ahorrado escuchar, durante toda la mañana, los maullidos de angustia y dolor de algunos de sus congéneres, matados a palos y pedradas, a los que han dado caza los vagabundos que por allí pululan para la cena de Nochebuena. Lo de viejo porque, aunque lo tenían más a mano, se han afanado los asesinos en seleccionar a los más tiernos, gorditos y jugosos, a los que han asado al calor de los rescoldos de periódicos y cartones en una papelera metálica. Y lo de desdentado porque podía haber terminado masticando, sin darse cuenta, a la gata que algunas madrugadas se le acerca y se frota contra su lomo, ronroneando.