LA PELUQUERA
A Merche no
se le escapa una tendencia, un estilismo, cualquier novedad que aparezca; está
suscrita a todas las revistas del tema. Ya de pequeña tenía a sus Nancys
hechas un primor, con sus tintes, extensiones y trenzas. Ahora está muy al tanto
de las publicaciones de Instagram, sigue a las influencers más
modernas y conoce todos los trucos de despuntados, colores y mechas. Tiene por
tanto su lógica que lleve cuarenta años trabajando en una peluquería, pero lo
que cuesta entender es que no quiera pasar de aprendiza, «quita, quita, no.
Un tijeretazo mal dado, una alergia al amoniaco, una clienta insatisfecha… ¡qué
horror! Prefiero lavar cabezas, así soy feliz».