miércoles, 29 de mayo de 2024

La novia

LA NOVIA

Mientras la vestían para la boda, fantaseaba toda histérica con que el gato le rasgara con las uñas el velo nupcial o se le rompiese un tacón. O una pierna. Se tranquilizaba imaginando que, al apearse del coche engalanado de flores, una furgoneta derraparía a su lado sobre un charco y la salpicaría entera. Cualquier cosa, lo que fuera, con tal de suspender la ceremonia.

Pero entró a la iglesia sin contratiempos. Espectacular, sí, aunque también sudorosa: demasiado encaje, demasiada gasa, demasiado brocado y tul, demasiada gente mirándola. Y entre eso y los nervios empezó a temblar y a notar cómo se derretía el maquillaje: desde las pestañas le goteaba el rímel y un manchurrón le ensució el escote. Tan atacada estaba por este percance que confió en que quizás, ahora sí, ante tamaña adversidad, no se celebraría el enlace.

Al llegar al altar, el novio la miró divertido, le susurró cariñoso «estás preciosa» y le besó delicadamente el cuello. «Podría» pensaba ella aún, sin poder dominar el pánico de interpretar el papel de protagonista, «dar un traspié, desestabilizar ese cirio y ponerme a arder como una tea». Pero en vez de eso se oyó diciendo, con voz segura, «sí, quiero».