domingo, 8 de diciembre de 2024

Voyeur

VOYEUR

Aunque va Lulú nombre de guerra vestida de chacha, los taconazos no desentonan nada, al revés, le dan un aire de femme fatale. Lleva unos minutos batallando fingiendo batallar con una mancha imaginaria en un espejo de pie situado frente a la puerta del balcón que previamente ha abierto de par en par. También ha dejado encendida la lamparita de luz cálida.

Con las piernas estiradas, doblada sobre la cintura, la minifalda tan subida que ya no cubre nada, está frota que te frota, culo en pompa, meneando de un lado a otro las nalgas. No lleva bragas. Del delantal, minúsculo y ceñidísimo, rebosan unas tetas grandes y blancas y a ratos restriega despacito contra la superficie fría los pezones, el clítoris, haciendo círculos, sujetándose excitada con las manos al marco, fantaseando con estar siendo acariciada con la mirada húmeda de un vecino solitario como ella y sintiendo ascender oleadas de placer desde el pubis. Cuando llega el gemido triunfal a la garganta lo contiene, ahogándolo, para que dure más rato.

Entonces María Luisa, su nombre de verdad, se pone la bata, sale al balcón y con una sensación agridulce contempla la calle vacía, la ciudad dormida, la noche desolada.