domingo, 8 de diciembre de 2024

Pasar

PASAR

No estaba resultándole nada fácil contarlas. Se había figurado unas ovejas mansas que irían desfilando ordenadamente ante él, haciendo sonar el cascabel, clinclinclin, en fila una detrás de otra y sin empujar.

Pero no. Avanzaban a empellones, se apelotonaban apoyando sus patas sobre las de delante, balando todas a la vez, beeebeee, montando con sus cencerros un barullo insoportable, ¡como para relajarse! Y además olían mal, pues muchas llevaban excrementos y orines pegados a las patas.

Pasaba el despertador de las dos de la madrugada cuando, por fin, vio entrar en el establo a la última del rebañ… zzzzz…