domingo, 8 de diciembre de 2024

Emily

EMILY

Huele en el cuarto de Jonathan a suavizante de talco, a colonia infantil, a jabón de bebé. Aún no ha amanecido cuando muchas mañanas Emily se levanta sin hacer ruido para no despertar al marido, atraviesa a oscuras el pasillo con cuidado de no pisar las maderas de la tarima que crujen, entra de puntillas en la habitación del niño y se pone a sacar de los cajones los bodies, patucos y pijamas. Desdobla todo, se lo acerca a la cara sintiendo su suavidad, lo vuelve a doblar y hace lo mismo con los abrigos y chaquetas que cuelgan de las perchas del armario.

Cuando se siente ahíta de aromas y texturas, comprueba con la ayuda de la tenue luz de la luna que ilumina la estancia que todo está en orden, suspira con nostalgia y sigilosamente regresa a su cama hasta que suena el despertados, el marido la besa y la abraza, le oye ducharse, le llega el aroma de café recién hecho y el gorjeo del niño en brazos del padre que lo está despertando