lunes, 18 de junio de 2018

La caja tonta


LA CAJA TONTA

Para cuando el ascensor llegó a su piso, él ya se había aflojado la corbata y soltado el cinturón, y ella llevaba el sujetador de bandolera. Al apartamento entraron hechos un manojo de piernas, brazos y lenguas. Él la puso de cara a la pared, sujetándola por las muñecas, y empezó a lamerle la oreja. Ella gimió empujándole con el culo hacia la ventana, susurrándole «nos van a ver los vecinos», notando al mismo tiempo su erección. Él le quitó las bragas, ella le bajó la cremallera del pantalón. Él se dejó caer en el sofá, ella se sentó encima en cuclillas… hasta que uno de los dos se apoyó en el mando de la tele y ambos perdieron la concentración al oír la voz del presentador, que preguntaba cuál era el nombre del río más caudaloso de Australia. Seis letras.