FIN
DE SEMANA
Con los pies a remojo mientras
pescaban, jugando a las palas, tomando unas cañas bien frías con una ración de
gambas al ajillo, ¿acaso se podía pedir más? Sí, darse un baño refrescante y
después meterse mano en la toalla. Caminaban hacia la orilla cuando vieron un
grupo de gente arremolinada: unos grababan con sus móviles, otros aseguraban
que era la segunda vez este mes. «Pretenden llegar en
botes de goma… y luego pasa lo que pasa» les oyeron decir. «A
santo de qué nos va a jorobar nadie el fin de semana»,
pensaban mientras recogían y se alejaban con la sombrilla a clavarla más allá.