lunes, 18 de junio de 2018

El protector


EL PROTECTOR
                                                    

«Niños, hoy mejor vamos a colorear el mapa; al parque de atracciones iremos mañana», nos decía a los más pequeños aquel hombre fijando su mirada en el suelo encharcado. O «¡fijaos, alguien recibirá esta noche la visita del Ratoncito Pérez!», aplaudía mientras atravesaba el campamento alguna rata. Siempre andaba inventándose cosas, y siempre con una sonrisa en la cara. Algunos, malhumorados, le pedían que se callase, que no nos molestara, pero a mí me fascinaba aquel desconocido que aseguraba oír, más allá de sollozos y lamentos, el trino del petirrojo y el crujido de las ramas; o distinguir, a través de la nube de pólvora que cubría el cielo, la noche estrellada.

Aquella tarde la tormenta desbordó el pozo negro y las aguas fecales inundaron nuestro barracón. Entonces me acurruqué en la litera, cerré fuerte los ojos y concentrándome mucho pude percibir el olor a tierra mojada.