miércoles, 4 de mayo de 2022

Vapores etílicos

VAPORES ETÍLICOS

Le pilló a Cayetano el fatal accidente de su tío con tal cogorza que en el velatorio no fue capaz de sacarse de la cabeza el estribillo del tema que sonaba en el tugurio donde estaba cuando recibió la noticia:

    «Pero al loro,


    que el destino es un maricón,


    sin decoro,


    te da champán y después chinchón…»


Así todo el puñetero día, con ese runrún en plena resaca. Más soportable sería, pensaba exasperado, la tortura china de la gota de agua en la frente cada cinco segundos.

Tan rayado estaba que empezó a valorar si ahorcarse con el cinturón en el hueco de la escalera del tanatorio, o salir de allí corriendo y que le atropellara un camión, o tirarse por un puente a la autovía… Pero después de dos Coca-Colas se lo pensó mejor, que todavía faltaba de leer el testamento, y para morir, siempre hay maneras y maneras