miércoles, 4 de mayo de 2022

Río revuelto

 RÍO REVUELTO

El domingo que se desbordó el río que atravesaba el pueblo lucía un sol espléndido, así que todos los chavales estaban jugando en los columpios donde la chopera. A Lino no le dejábamos ir allí, porque es muy torpón y temíamos que pudiera resbalar y llevárselo la corriente, pero algunas veces desobedecía, dejaba encendida la tele y salía sigilosamente.

Aquel día de marzo soplaba con tanta fuerza el sur que derritió de golpe la nieve de las montañas, provocando una gran riada. Cuando vimos que Lino no estaba en casa, salimos para allá corriendo, pero las aguas turbulentas arrastraban todo a su paso y contemplamos impotentes cómo era engullido por el lodo.

Como a esa edad hay muchos niños similares a él, mi marido y yo cruzamos una mirada de apremio y no tardamos ni un segundo en tomar la decisión de empujar al río a los papás de Telmo.