SUPERSTAR
Sombra aquí, sombra allá.
Colorete para realzar los pómulos, labios perfilados y carmín rojo con efecto gloss. Dientes alineados del color de la
porcelana blanca. Agua oxigenada para aclarar la melena de ella, el tupé de él.
Chaqueta de lentejuelas para él, vestido de látex negro para ella, marcando las
tetas o, mejor dicho, dejando media teta fuera. Mucho brilli brilli, glamour y purpurina, gafas de diseño, manicura
perfecta.
Pero nada de esto ve Wendy en
el televisor de su cocina, mientras fríe en aceite unas arepas para la cena.
Ella tiene la mirada fija en la larguísima alfombra roja que sale en todas las
imágenes: inmaculada, sin arrugas, perfectamente dispuesta. Y se siente muy
orgullosa de la tarea bien hecha.