LA VIDA MISMA
Cerró su Instagram nada más casarse y nacer la
cría y borró todas sus fotos. No dejó ni una. En ellas aparecía siempre en
situaciones de lo más temerario y provocador: o estaba haciendo el pino con una
mano en el borde de una azotea nevada, o colgada bocabajo de un puente sobre la
M30, o saludando con todo el cuerpo fuera de un vagón de metro a punto de
entrar en un túnel… En unas lucía un bikini diminuto o un vestido de tirantes,
siempre tan mona y glamurosa, y en otras llevaba puesto un abriguito sin nada
debajo. Aún le tiembla el cuerpo al recordar las tonterías que hacía, ¡con lo
friolera que era y el vértigo que tenía! Pero nada comparado al pánico que
siente ahora que su hija de diez años, tan parecida a ella, ha conseguido que
su ex le regale un móvil 5G.