miércoles, 4 de mayo de 2022

Bajo el puente

 BAJO EL PUENTE

Nunca te molestaste en ponerle nombre al gato, ¿para qué?, te decías, si el día menos pensado lo atropella un coche o se larga y desaparece para siempre. Pero lo considerabas tuyo, cuando silbabas, bisss bisss, cuando lo buscabas en la oscuridad, cuando querías que se acercase, se acurrucase a tu lado, te lamiera las manos con su lengua tibia y te diese calor. Sabías que era lo único que tenías en este mundo y él siempre volvía.

Como hoy, que tras zamparse una raspa por ahí, tu gato se ovilla en tu regazo, ronronea, intenta dormirse. Sopla un viento gélido y húmedo y estos días le cuesta más acoplarse a ti, encontrar acomodo en tu cuerpo antes tan blando, ahora tan rígido. Te olisquea y empieza a dar lametazos a tus orejas, a tus labios, le atrae poderosamente tu olor putrefacto, entonces hinca los colmillos en tu nariz.