LOS
COMENSALES
—Es como sale mejor: en la
cocina de leña. Queda una tortilla riquísima, muy jugosa. Las cebollas más
dulces y tiernas de la huerta se fríen en la sartén con las patatas y un
pimiento verde. Después, se baten bien los huevos recién puestos por las
gallinas del corral, que se pasan la vida correteando entre la hierba, de acá
para allá, libres y felices al sol…
Día tras día, semana tras
semana, mientras racionaban las galletas y el agua, tenían que aguantar el
presidente y su séquito los bombardeos de aquel ujier pueblerino que se les
había colado en el búnker.