viernes, 6 de mayo de 2016

Candidez

CANDIDEZ

En el comedor del cole me daba apuro besar el pan cuando se me caía al suelo. ¿Qué pensarían de mí los otros niños? Pero mentalmente lo hacía. Lo que decía en casa la tata Juliana era incuestionable: por ejemplo, los Miércoles de Ceniza a ninguno de los hermanos se nos ocurría frotarnos la frente marcada con el Signo de la Santa Cruz ni cuando nos acostábamos. Decía también que el «13» traía mala suerte.

Creo sinceramente que perdí la inocencia el día que en un sorteo cambié una papeleta por otra y tocó una bicicleta. En el número «13».