GÉNESIS
¡Qué disgusto más grande! Casi
una semana organizándole la fiesta de bienvenida, pendiente de la iluminación,
el catering, el arreglo floral… y
cuando aparece aquel tipo ¡va y le da un corte de mangas! Mira, menudo cabreo
que se pilló. A punto estuvo de meterlo todo de nuevo en la maleta: las pistas
de esquí, las playas salvajes del Caribe, las langostas y el solomillo, las
puestas de sol... Pero seis días de curro para nada, no. Así que le presentó a
la que sería su mujer, le dio una patada en el culo y desapareció para siempre.
Hasta hoy.