JUAN
Érase una vez un niño que se
llamaba Juan y tenía una perra que se llamaba Luna. Pero hoy vamos a hablar del
niño, porque la perra bastante lata que da y siempre le está robando el
protagonismo, «que si
por las mañanas sácame a pasear, que si prefiero cuando no llueve y puedo
correr suelta por la playa, que si con marea baja mejor, para tener más espacio
y correr detrás de la pelotita de tenis que me lanzáis, ¡qué manía con lanzarla
al mar…! Menos mal que suelo pillarla antes de que llegue la ola, porque cuando
la mar se pone brava, no hay nada que hacer y siempre me quedo sin mi juguetito».
(Para mi sobrino Juan)