domingo, 16 de mayo de 2021

Tesituras

TESITURAS

La discusión fue subiendo de tono, empezaron a insultarse, se engarraron y al final acabaron a tortas. No me extrañó demasiado porque ya había ocurrido otras veces. Las niñas y jóvenes que antaño fui aparecen siempre en los momentos en que estoy tomando una decisión importante. Según ellas, vienen como meras observadoras, interesadas simplemente en que el proceso culmine en la opción más idónea. Sin embargo, algunas no son tan conciliadoras como su sonrisa angelical podría hacer pensar sino que, más bien al contrario, son superrencorosas. No me perdonan que prefiriera irme a vivir con papá cuando se divorciaron mis padres, dicen que por mi culpa mamá se trastornó; ni que no me tirara a aquella poza a rescatar a Calcetines cuando se ahogó; ni que dejara a Luis, con lo que me quería; ni que estudiase para enfermera en vez de matricularme en Filología, con lo buena escritora que podría haber llegado a ser. Al menos esta vez os puedo curar las heridas y escayolar, les replico mordaz. Pero siempre me dejan pensando qué cosas maravillosas me habrían podido pasar.