domingo, 16 de mayo de 2021

Cambio de rumbo

CAMBIO DE RUMBO

No quiso preocuparla con los síntomas primero, con sus temores después; tampoco le contó que le habían hecho una colonoscopia hacía dos semanas. Bastante lío tenía ella con sus viajes de trabajo, con las llamadas intempestivas de la oficina, con reuniones hasta las tantas.

Pero aquella tarde tenía hora para los resultados. Por desgracia, serían malas noticias. «Lo siento, Martín, es cuestión de meses», le diría muy serio el doctor. Entonces regresaría a su casa lloroso, hundido, y al llegar se encontraría a Vero en la entrada, a punto de salir con dos maletas, «me marcho, lo nuestro no funciona», le soltaría sin darle tiempo a abrir la boca, «ya hablaremos más adelante» se despediría desde el ascensor.

Porque el destino es así de puñetero: te encuentras de un día para otro al borde del abismo y completamente solo. Y a Martín, a diez kilómetros de terminar la ruta que hacía cada día como conductor de autobús escolar, y después de repartir a todos los niños, se le aparecería de la nada un perro que le obligaría a dar un volantazo y por no embestir a unos ciclistas que venían de frente caería por un barranco dando muchas vueltas de campana.

Afortunadamente para él, de allí no saldría vivo.