domingo, 16 de julio de 2023

Vacaciones en París

VACACIONES EN PARÍS

¿De qué te quejas, Domitila?, se repite Domitila asomada a la terraza de la suite del Hotel Ritz. El matrimonio para el que sirve se ha llevado a los niños a Disneyland y le han dado la tarde libre, pero sin consultarle si era lo que ella quería. De hecho, no se le ocurre qué va a hacer con tantas horas por delante, porque las maletas las deshizo nada más llegar y toda la ropa se halla bien ordenadita en armarios, cajones y perchas. Así que a ver con qué se puede distraer.

Pasa el dedo por encima de los aparadores, pero ni una mota de polvo; la tarima de parqué reluce de una manera insultante, las cortinas están planchadas y almidonadas. Se arrodilla para comprobar lo que ya se imaginaba: ni una pelusa, ni una triste pelusilla, se ha quedado sin quitar de debajo de las camas.

Entra en los dos aseos y, cómo no, todo está a estrenar: el jabón líquido, la pasta de dientes, el gorro de ducha, el peine, el champú… todo, todo en botes de plástico nuevos. Los inodoros no le hace falta examinarlos, ya se fijó nada más entrar que estaban con unos precintos. En fin, que hasta las flores de los jarrones que hay por las mesillas son frescas y huele todo superbién.

Total, que Domitila se siente como pez en el agua pero al revés: incómoda, disgustada, aburrida. Desde su posición privilegiada, con la ciudad a sus pies, observa el tumulto de ahí abajo, pero ni se le ha pasado por la cabeza salir a la calle a dar una vuelta por Montmartre, tomar un café au lait, mirar escaparates en los Campos Elíseos, hacer fotos a la Torre Eiffel  o entrar a un museo. «A ver si te vas a perder, que tú eres de pueblo», se dice un poco más animada, pues se ha quitado la ropa de calle y se ha puesto la bata de lunares flamencos y unas pantuflas a juego que compró antes del viaje en un mercadillo. Y es verse en el espejo y sentir que todo está en orden. «Como en casa, en ningún lado», piensa, tras luchar con el mando a distancia y encontrar una telenovela venezolana en el canal internacional. Va de malentendidos, de desamores, las cosas que a Domitila le entretienen bien.