domingo, 16 de julio de 2023

Romance de un día

ROMANCE DE UN DÍA

Coincidieron en la caseta de tiro. Él, en racha, acumulaba tantos puntos que le regaló el peluche gigante y mirándose embobados se fueron a comer choricillos fritos y calamares. Sin soltarse las manos, compartieron de postre churros con chocolate y un algodón de azúcar donde lametazo va, lametazo viene, se dieron su primer beso.

Abrazada a su cuello, fantaseaba con la boda, el adosado, el perro, y suspiraba por lo rápido que se va luego la vida, viendo crecer a hijos, a nietos… Pero cuando en lo alto de la noria él le vomitó toda la cena encima, se le hizo eterno el llegar abajo, apearse y salir de allí corriendo.