martes, 21 de noviembre de 2017

Nana

NANA


Sin beso de buenas noches ni nanas hasta dejarle dormido en su cuna. Sin dibujos infantiles en la pared ni lámpara proyectando estrellitas en el techo, para que no se quede a oscuras. Sin barcos, buzos y sirenas en la bañera de plástico ni masajes con bálsamos. Sin su primer diente, sin su primer paso. Todos los achuchones sin dar se fueron también con el legrado.
Tras abandonar la clínica, te colgaste al hombro la mochila y pensativa te encaminaste a casa. Al entrar, sin mirarla a la cara, dijiste un hola muy bajito a tu madre y te metiste furiosa a la cama.