LA MADRE
«Otra
vez septiembre; voy a forrar los libros de Pablo», se dice Julia, animada. Con
unas tijeras de punta redonda recorta un trozo del rollo transparente, envuelve
con él un manual de la estantería y dispone tiras de celo para pegarlo a las
tapas. Mordiéndose la lengua, escribe con mayúsculas el nombre y apellido del
muchacho en la solapa. Después, cierra los ojos y aspira el olor a papel
metiendo la nariz entre las páginas.
Pablo
se acerca tragando saliva, coloca el vademécum de Anatomía en su balda y la
besa tiernamente en la cara. «Quita», protesta divertida, «me pincha tu barba».