sábado, 6 de octubre de 2012

Dominación

DOMINACIÓN

—Escucho un murmullo que se acerca, es como un lamento, parece que intenta comunicarse, espere… hay interferencias… estoy perdiendo la conexión… ¡Vaya, con lo cerquita que estábamos!  Yo que usted no pararía ahora. Si desea averiguar algo más de su difunto marido nos llevará otra sesión, podemos continuar o no, usted decide: ya sabe que son cincuenta euros la media hora, merece la pena llegar hasta el final…
Ella no responde, no puede: tiene la boca llena de la virilidad del maestro espiritual y los brazos sujetos a la espalda con un cilicio.
Para la próxima cita lo tiene claro: se pedirá el disfraz de alumna díscola y látigo.