domingo, 16 de julio de 2023

Calma chicha

CALMA CHICHA

Al asomarse al abismo azul de los ojos de Nerea, sintió Mauro cómo la inmensidad del océano lo apresaba, lo envolvía y zarandeaba, y cómo la resaca lo arrastraba mar adentro cuando la muchacha de trenzas rubias y labios color frambuesa le dio su primer beso.

Al chico, el vértigo le duró no solo el verano que se conocieron sino toda la vida entera que pasó junto a ella a merced de olas, mareas y vientos hasta hoy, setenta años más tarde, que sentado en el lecho de Nerea llora mientras intenta inútilmente calentar sus manos heladas, sus dedos yertos.