ESCARMIENTO
Se dirige a la jaula de los leones para
demostrarle cuánto se equivoca. «Las carcajadas del público nos darán de comer,
pero un ratón en mi chaleco fuera del escenario, no. Ahora verás lo que es
reírse», le dice Andy arrastrándole hacia las fieras. Bertus se pone histérico:
con su única mano le araña la cara, le mete dos dedos en los ojos hasta vaciar
sus cuencas. Pero nada consigue detenerle.
Con medio cuerpo atrapado entre los barrotes, Bertus
nota un zarpazo y cae hacia atrás. Lo último que ve, antes de desangrarse, es
la cabeza de su siamés rodando entre las garras de los felinos. Lo último que oye,
su esperpéntica risotada.