sábado, 2 de junio de 2012

Antojos

ANTOJOS

«Además, el pollo rebozado siempre humea demasiado», repetía siempre su marido cuando se colaba en su territorio de ollas y sartenes.
Aún no ha amanecido y Belinda se viste a toda prisa. Recuerda con tristeza las manías culinarias que tanto le hartaban de toda la familia: los pequeños no querían ni oír hablar de la verdura, el abuelo detestaba el olor a pescado, la hija adolescente siempre estaba a régimen y el mayor se había vuelto vegetariano.
Si se apura y con algo de suerte, hoy conseguirá un buen puesto en la fila para canjear los bonos semanales por unos mendrugos de pan y un paquete de arroz.