domingo, 16 de mayo de 2021

Pero amanece

PERO AMANECE

Suele despertarte canturreando, y tú la recibes con torpes palmadas mientras abre las ventanas y entra el aire limpio de la mañana. Te enjabona todo el cuerpo y te aclara con una esponja que escurre en una palangana. Las sábanas las cambia en un pis pas, se nota que tiene práctica y, aunque se mueve con rapidez, unta con mimo la pomada en las rozaduras que te hace el pañal. Huele bien esa loción, y gorjeas de gusto cuando te pone el pijama. Ibas a decir mamá, pero qué rabia, no consigues articular palabra. Te peina los cuatro pelos con suavidad, te quita las babas y se despide, «hasta mañana, Julián».

Entonces te llega ese asqueroso olor a caca, arrugas disgustado la nariz y al subir el embozo de la sábana notas un líquido pegajoso que resbala por tus piernas, traspasa el pañal, te empapa el pantalón y hace charco bajo tu espalda. Pero la señora gorda de coleta que entra ahora ya no es tu mamá, te llama cochino viejo de mierda mientras enrolla la ropa sucia de mala gana y es cuando te viene un fogonazo, el recuerdo nítido de quién eras, y te echas a llorar.