domingo, 30 de marzo de 2025

Sola

SOLA

Te sientes genial sola, comiendo a la hora que te da la gana, sin tener que cocinar ni enfadarte con Dani cuando apartaba en una esquina del plato, poniendo cara de asco, los trocitos de zanahoria que echabas a las lentejas; o cuando reducía a mazacote, aplastándolo con el tenedor, el pescado; o cuando volcaba sobre la mesa —mantel ni te molestas ya en poner— un vaso de Cola-Cao, de zumo o de agua.

«Qué torpe eres, hijo», le gritabas, y mírate ahora, cuánto le echas en falta, qué ganas de que regrese del campamento, qué triste está la casa.