SE ALQUILA
—Súper céntrico es —va diciendo el de la inmobiliaria a Laura mientras
suben por las escaleras hasta el último piso: un sexto desde el portal—. Ya, ya
sé que en el anuncio ponía que era un tercero, pero hay que sumar la
entreplanta, el entresuelo y el principal. Es lo que tienen estos edificios
nobles. Sí, sí, no le quito la razón: muy antiguo también. Ascensor no tiene
—confirma innecesariamente, tomando resuello, mientras gira la llave en la
cerradura del piso—, pero usted es joven; imagínese, cada vez que suba, que
está en una clase de step y ya está.
¿Cuando llegue cargada con bolsas, dice? Pues que está levantando pesas, jaja.
Hay que saber adaptarse a todo, ¿no cree? Resiliencia lo llaman ahora. Si al
final se va a ahorrar la cuota del gimnasio, ya lo verá. Tenga muy presente que
la oferta habitacional en esta zona es casi inexistente. Considere el lujo que
es vivir en el centro y a un paso de la estación de metro Sol. Y a un precio
verdaderamente de risa. Ya le digo yo que por setecientos euros por aquí no va
a encontrar nada. La mensualidad incluye todo: calefacción, Wi-Fi, gas y
limpieza dos veces por semana. La decoración, bueno, deja un poco que desear:
el papel de la pared es de cuando reinó Carolo, eso es verdad, no le voy a
engañar. Podría decirle que es vintage,
pero no se lo digo, para que vea que no la quiero engatusar.
Y bien ¿qué me dice? ¿Que la cama es diminuta? Bueno, de largo son 1,90
centímetros los pies no se le van a salir por fuera. El ancho, 60 centímetros,
no puede decirse que sea lo más ideal. ¿Que no sabía que vendieran camas tan
pequeñas? En realidad la mandaron hacer a medida, como casi todo lo que hay en
la vivienda. Ya se habrá dado cuenta de que esto que se alquila era el armario
empotrado de la habitación de al lado. Pero los dueños decidieron alquilarlo
aparte, por eso el precio es tan bajo. El baño es esa puerta de ahí y es
compartido con los inquilinos que ocupan las otras tres habitaciones. Pues sí,
treinta metros cuadrados bien aprovechados. La reforma que se hizo en este
antiguo palomar, rentabilizando al máximo el espacio, es desde luego digna de
admiración.
Veo que anda con prisa. Como ya tiene usted mi teléfono, y si de verdad
está interesada, le recomiendo que no se lo piense demasiado. Como decía mi
abuelo, a veces menos es mejor que nada.